martes, 1 de junio de 2010

El Símbolo en la Liturgia.

Es una palabra griega que originariamente significaba la unión de dos mitades de un objeto fraccionado (anillo, tabla, etc.) que eran reunidos de manera que coincidieran y servían así para reconocer que el poseedor de una de las mitades era un verdadero huésped o mensajero o parte de un contrato.

Este sentido original de fragmento que remitido a un todo, permite la identificación de las personas, es el que dio origen al nombre de "símbolo" que dieron los cristianos a las fórmulas de profesión de fe.

En la antigüedad cada iglesia local elaboraba su fórmula de fe. Cuando un cristiano iba de un lugar a otro, el símbolo permitía saber si pertenecía a la misma Iglesia única de Cristo. La expresión de fe de esa Iglesia local era confrontada con la de la otra; si las dos encajaban en la misma fe, era señal de su unidad, vehículo de reconocimiento de ambas con la Iglesia de Cristo.

El símbolo es ante todo un signo, porque me envía un mensaje, pero va más allá. Podríamos decir que todo símbolo es un signo, pero no todo signo es un símbolo.

Gestos y símbolos - J. Aldazábal - Dossiers CPL - Barcelona, 1986

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